sábado, 13 de julio de 2013

Messi y sus "verdaderos amigos"

Seguridad de Messi (plomo) impidió trabajo de los peruanos (en terno)
Estaré alejado del ambiente deportivo pero no puedo quedarme ajeno al paso de Lionel Messi por Lima. El ídolo mundial del momento demostró su fútbol en el campo de juego el pasado 2 de julio, pero su entorno dejó mucho que desear.

“Si no lo sacas en 10 minutos te armamos quilombo”, advirtió una de las amistades de Messi al empresario que trajo al ídolo argentino al Perú. El berrinche de los platenses –quienes eran casi 30 personas entre amistades, seguridad y familiares- surgió efecto. En una hora de juego, el integrante del Barcelona de España abandonó raudamente el Estadio Nacional, enrumbó a su hotel, ubicado en San Isidro, para ducharse y partir dos horas después a otro país.

Al parecer, la gente que rodea a Messi se sienten más importantes que el propio futbolista y asumen poses que en su vida lograrán. El solo hecho de tener un vínculo familiar o amical convirtió a personas anónimas en importantes ujier de los cielos y deciden quiénes se tomarán una foto, estrecharán la mano o se aproximarán al mejor jugador del mundo en la actualidad.

Incluso, la seguridad peruana que estuvo a cargo de Messi resultó minimizada por el campeón de Jiu Jitsu que resguarda personalmente al futbolista. “Che, no te puedes tomar foto. ¿No ves que está al teléfono?”, advirtió el agente de seguridad argentina al propio vigilante peruano que –como todo hincha del fútbol- deseaba una imagen junto a su ídolo. "Al final me tomé las fotos que deseé porque lo mandé a que compre un agua al comedor. Quería mandarme a mí y le dije que no podía moverme", expresó el vigilante peruano.

Nadie discute la capacidad de Messi dentro del campo de juego, pero las personas que lo rodean deberían tener más y mejor criterio para darse cuenta que el futbolista es ídolo de masas, no una figura de vitrina que apenas se puede ver. Estas personas incógnitas resultaron ser los "verdaderos amigos" de Messi e hicieron más show en nuestra capital antes que los propios futbolistas invitados como Neymar, Lugano, Lavezzi y Mascherano.

miércoles, 15 de mayo de 2013

El pan mío de cada noche

Hoy, un 15 de mayo pero del 2008 ingresé a trabajar al Grupo El Comercio y en un parpadear de ojos -algo rojos y dibujados con ojeras por las amanecidas- cumplo un lustro en el área de Plataforma Digital.

Si bien es cierto que los documentos me registran como trabajador oficial desde mediados de mayo, recuerdo claramente mi primer día que ingresé a El Comercio por la puerta de la Avenida Lampa. Era un domingo 27 de abril (aniversario de mi colegio Externado Santo Toribio y un día antes del cumpleaños de mi abuela Elvira Vivar).

Las instalaciones casi vacías y un rostro algo conocido me dieron la bienvenida. Fue Enrique Peralta mi primer compañero de trabajo. Aquel extoribiano de la promoción 99', quien pese a su poca paciencia me enseñó a manejar el desaparecido programa Ivmaker. Pasé algo más de 15 días a prueba y al final logré mi ingreso. Mi ex jefa Maricella Arias me dio la bienvenida y la confianza que creo no he defraudado en todo este tiempo que pertenezco a mi área.

Del diario el El Men me retiré con mucho pesar y una caja llena de recuerdos. Sin embargo, en el nuevo trabajo era conocido por los vigilantes como el practicante y tenía una nueva tarea: Escribir otra etapa de mi vida. Aquella que continúa con rostros nuevos, mejor tecnología y otras locaciones.

Hago este pequeño alto en mis labores para compartir estas líneas con todos los que me soportaron y respaldaron. Gracias y siempre para adelante.

sábado, 26 de enero de 2013

El trabajo en un diario 'chicha'

Quiero evitar herir cualquier susceptibilidad y solo referirme a mi experiencia en un diario denominado 'Chicha' que se exhibe en los puestos de periódicos de la capital. En esta ocasión no deseo hablar sobre la actividad periodística, sino sobre el trato que recibí. Creo que si queremos mejorar la profesión, debemos hacer valer nuestros derechos. Aquí va mi historia:

Noviembre del 2005: Necesitado de trabajo y con el grado de bachiller bajo el brazo ingresé a mi primera experiencia como periodista. El diario, editado por "Monterosas" -cambié el nombre a propósito-, ubicado aquel entonces entre Magdalena y Pueblo Libre, me recibió con sus enormes muros de cemento como si fuera una cárcel de máxima seguridad.

Ni bien llegué, me sorprendió el escaso mobiliario. La gente se peleaba por las sillas. Tras volver de mi primer día de descanso, vi que mi asiento estaba en otra área y tenía que cargarla para devolverla a su lugar. Esa acción se hizo costumbre durante los dos años y medio que estuve.

Las computadoras tenían monitores diminutos. Lo que es peor: muchas a blanco y negro de 12 pulgadas. Tuve la suerte de sentarme en una PC que tenía Internet con monitor a color. Nunca pensé encontrarme con un artefacto que por poco me provoca gastritis y genera 'canas verdes'. La lentitud extrema y las visitas del técnico eran recurrentes.

El baño emitía un hedor insoportable. Hasta la señora de limpieza se resistía a hacerle mantenimiento. Es por eso que le pedí a un amigo editor de otro diario (en "Monterosas" se emiten 4 periódicos) que me preste sus servicios antes de contraer alguna enfermedad en aquellas insalubres letrinas.

El archivo era un nido de ratas. Los periódicos antiguos guardados en un almacén era una invitación a ser mordido por algún roedor. Felizmente se dieron cuenta a tiempo al cambiarlo de lugar. Ni qué decir de la movilidad. Eran taxis contratados con un límite de gasolina pagada. Si te ibas lejos de comisión, el chofer empezaba a reclamar.

Si bien es cierto que la paga -poca en realidad- fue puntual, no considero que se realiza un trato justo hacia las personas. Lo que gané en esa época no es ni el sueldo mínimo en la actualidad y al que ingresaba como practicante le ofrecían S/.100 mensuales y su almuerzo diario. Esa es la dura realidad de los periodistas que tienen la 'suerte' de trabajar en este tipo de lugares. Mi consejo es que busquen bien y eviten aceptar este tipo de malos tratos.

(*) Si alguien se pregunta por qué no llamamos al Ministerio de Trabajo, pues les cuento que cada vez que los supervisores se acercaban a las oficinas, los empleados que no estábamos en planilla terminábamos en la calle a la espera que se retiren los integrantes del ministerio.

domingo, 20 de enero de 2013

¡Arriba Perú coraje!

Cartagena, Guarderas, Hinostroza, Cedron y Benavente (Foto: FPF)
Hace poco me cuestioné sobre el rendimiento de la Sub 20 de Perú en el Sudamericano de Argentina. Era de esperarse un similar resultado en los últimos años: Eliminados en primera ronda y sin pocas figuras a destacar.

No obstante, la clasificación al hexagonal final demostró el pundonor que ofrece la totalidad del plantel entrenado por el argentino Daniel Hamed. En esta ocasión no tenemos una  estrella máxima como en el caso de Reimond Manco en "Los Jotitas", sino un grupo cohesionado, centrado y decidido en lo que desea a pesar de una edad que suele estar más pegada a la diversión que al sacrificio deportivo.

Mi deseo es que la Sub 20 de Perú clasifique a Turquía 2013 y reedite sus buenas actuaciones en tierras europeas. Cuenta con el respaldo de convertirse la revelación del torneo al eliminar al actual campeón de la categoría, la valentía de jugar nueve partidos bajo temperaturas elevadas y contar con esa sed de ambición que pocas veces suele ser blanquiroja. Es necesario reforzar el grado de concentración cuando estemos en desventaja en el marcador y corregir errores en el sector defensivo.

Por el momento hay un material interesante con miras al futuro de la selección absoluta. Evitemos endiosar a los jóvenes valores. Me resisto a creer que en unas semanas veré a un Sub 20 haciendo spots publicitarios o anunciarán mediante conferencia de prensa la realización de una miniserie sobre la vida de ellos. Que Dios los ilumine.