miércoles, 12 de mayo de 2010

¿Qué hago cuando me emborracho?

Nunca pensé hacerme esta pregunta sino fuera por una portada de Perú 21, que destacaba al 5% de los peruanos como alcohólicos. Este singular titular provocó que me pregunte cómo soy cuando me pasé de copas. La verdad que no soy de comportarme de manera violenta ni realizar locuras que al día siguiente tenga que lamentar.

Lo curioso es que sí he visto muchos casos. En mi ex trabajo, la bohémia era común y llegando algunas veces hasta dos veces en plena semana. La primera vez que recuerdo un compañero de trabajo ebrio fue en una discoteca. Era la hora de salida y pasaban dos jovencitas por su lado y de repente una de ellas le propinó un bofetazo que le sacudió la cara. Por supuesto que todos, y sobre todo nuestras compañeras, alzamos nuestra voz de protesta pero en realidad mi compañero había tocado una zona indebida de la fémina.

Otro momento bochornoso son las que realizaba una persona mayor. "Producto de la borrachera", me decía en un lapso de cordura luego de bailar como loco sobre un estrado o realizar movimientos nada acordes a sus más de sesenta años.

Mientras la alegría invadía a unos, otros se volvían locos por la droga en medio de los tragos y muchos borraban "el disco duro" y no recordaban las peleas, confesiones y hasta promesas realizadas.

Creo que la única vez que actué de manera algo osada fue cuando volvía de amanecida en un taxi en dirección a mi casa. Le pedí al taxista que tome una avenida sin darme cuenta que estaba en contra. El conductor aceptó la propuesta y para mi mala suerte nos dimos de frente con un vehículo de la policía.

Sin dudar un segundo me enfrenté a ambos 'tombos' y les dije que yo había pedido que haga esa maniobra. Me obligaron a bajar del Tico y pensaron que consumía droga o tenía en mi poer alguna. "Soy periodista" le dije y enseñé mi carné de prensa. Las caras de susto evidenció su sorpresa y solo atinaron a preguntar qué hacía por allí. "Vengo de una reunión y me voy a mi casa"... Siga usted con cuidado y si desea lo escolto les faltó decir. Ah, el taxista me agradeció todo el tramo que faltaba para llegar a mi domicilio, pues lo salvé de una papeleta.

Como colofón recuerdo una borrachera que me comentó mi padre por el año 1991 en la Copa América de Chile. Pese a la nefasta actuación del seleecionado peruano, los periodistas blanquirojos encontraron motivo para celebrar y luego de varios tragos Eloy Jáuregui se paró y dijo: "Carajo, acá no paro hasta llevarme el Huascar al Callao"... Cosas de la borrachera.